La gran oferta laboral que existe ha propiciado una competencia sin precedente entre las distintas organizaciones
La pandemia del COVID-19 trajo consigo una pausa ante el ritmo acelerado de la industria, viéndose en la necesidad de revirar para replantearse diversos conceptos y prácticas, tanto económicas como laborales. Conforme la situación sanitaria se ha controlado, la economía mundial en su “nueva normalidad”, ha comenzado una aceleración voraz en diversas industrias trayendo consigo nuevas culturas, estrategias, enfoques y necesidades de trabajo para el capital humano, las cuales, sin duda alguna han llegado para quedarse.
Estos nuevos factores han traído consigo la revalorización del personal en las empresas, ya que la gran oferta laboral que existe ha propiciado una competencia sin precedente entre las distintas organizaciones, quienes a pesar de implementar las diversas herramientas de reclutamiento se han visto afectadas para conseguir trabajadores de funciones especializadas, y ya no solo de un nivel profesionista o superior, sino de todas las distintas áreas y funciones de los centros de trabajo.
Es aquí donde surge el gran planteamiento y desafío para los lideres de las distintas empresas de la región, por un lado, se podría continuar con la búsqueda feroz de candidatos ya formados y con experiencia previa es las distintas operaciones, lo cual traería consigo una inflación desproporcionada en el costo de la mano de obra, así como un tiempo excesivo para cumplir con los requerimientos de personal provocando demoras en la producción y entregas a tiempo para los clientes. Sin dejar de mencionar el efecto directo y considerable en el aumento de la rotación laboral.
Dadas las circunstancias cada vez cobra mayor valor y atención encontrar nuevas fuentes de identificación del talento, siendo el desarrollo interno de los colaboradores la principal de ellas. Pareciera que es una alternativa bastante costosa por la cantidad de recursos que se le debe asignar para el éxito del programa (dinero y tiempo), sin embargo los beneficios que ofrece como: la formación del personal a la medida de la operación de las empresas, la lealtad que genera el trabajador hacia con la organización por el desarrollo y crecimiento que le es ofrecido, se traduce en una reducción de la rotación y aumenta el atractivo como marca empleadora, no solo para el resto de los trabajadores sino también, para los posibles candidatos que al conocer que la empresa trabaja bajo esta filosofía y metodología, lo traducirá en un elemento mas de su paquete de beneficios, con lo que incrementa las posibilidades de una mayor captación de recursos humanos.
Entiendo que el desarrollo de personal demanda y requiere una importante cantidad de tiempo, así como una considerable suma de esfuerzos en conjunto para su éxito lo cual, ante el ritmo vertiginoso del mercado, predispondrían un escenario inviable para su ejecución, sin embargo, el iniciar y formalizar lo antes posible esta metodología como parte de la cultura de trabajo, traerá consigo que los beneficios anteriormente enumerados se consigan en el menor tiempo posible. Y lo mas importante, enviara un mensaje contundente de reconocimiento del valor para el activo mas importante de las organizaciones que es y seguirá siendo: el talento humano.