Del silencio a la Z: Claves para el éxito de equipos multigeneracionales

La fuerza laboral multigeneracional será el motor de una economía evolutiva si logramos aprender a integrarnos y aprovechar la energizante mezcla de experiencia y dinamismo.

Por primera vez en la historia, cinco generaciones trabajan codo a codo. Los últimos miembros de la Generación Silenciosa, los baby boomers intentando dejar un buen legado, la Generación X concentrando el poder, los millennials que son la fuerza laboral más grande y la Generación Z que entiende el mundo de forma completamente digital e interconectada desde el principio.

Cuando hay muchas generaciones diferentes en el lugar de trabajo, existe un riesgo real de conflicto y malentendidos, pero también es una oportunidad excelente para ampliar nuestras perspectivas y crear un entorno laboral lleno de propósito y creatividad.

Posiblemente la mayoría de los que leemos estas líneas trabajaremos más de lo que trabajaron nuestros ancestros. El avance de la ciencia nos ha hecho más longevos, la falla en los sistemas sociales de jubilación nos obligará a intentar generar ingresos por más tiempo y el movimiento de la innovación mundial nos obligará a aprender nuevas habilidades constantemente y seguir entregando valor.

La fuerza laboral multigeneracional será el motor de una economía evolutiva si logramos aprender a integrarnos y aprovechar la energizante mezcla de experiencia y dinamismo. Por el contrario, si los malentendidos y los juicios a priori ganan, quedaremos enredados en un nudo tan complejo como innecesario que sólo nos quitará energía que podríamos utilizar para crecer.

Abundan los clichés generacionales, pero simplemente no son ciertos. Es importante ser consciente de la enorme tensión generacional que se genera en algunos lugares de trabajo a raíz de los juicios irracionales. El principal síntoma es la falta de respeto. Cuando fundamentalmente no podemos relacionarnos con alguien porque es mucho más joven o mayor que nosotros, a menudo recurrimos al uso de estereotipos dañinos para defender nuestro punto de vista y nos culpamos unos a otros de problemas solucionables en lugar de trabajar para comprender de verdad las diferencias que nos distancian.

El hecho es que el mundo se mueve a pasos vertiginosos y cada vez hay más oportunidades para que jóvenes talentosos expongan sus ideas al mundo y obtengan capital de crecimiento, por lo que será más común tener que reportarle a personas jóvenes que se atreven a arriesgarlo todo por una idea. Estos mismos jóvenes emprendedores harán bien en reconocer que necesitan talento experimentado para llevar sus ideas a la realidad, por lo que la simbiosis multigeneracional toma cada vez más sentido.

Si te ves en la afortunada situación de reportarle a alguien más joven que tú, primero toma la perspectiva de que seguramente esa persona es tremendamente talentosa y tiene poderosas razones para estar en esa posición de liderazgo, no debe de ser aleatorio que se encuentre ahí. ¡Qué maravilloso! Podrás aprender muchas cosas nuevas e innovar en tu profesión.

La clave para entender y respetar a otras generaciones es aceptar las diferencias y reconocer las fortalezas individuales con empatía, independientemente de la edad que tenga un miembro del equipo. Como te veo me vi, como me ves te verás”.

Para reducir las fricciones primero tenemos que detenernos y mirar con objetividad el contexto y a las personas que nos rodean. Todos ellos son humanos valiosos, llenos de recursos y habilidades. Además, me gusta creer que la gran mayoría tenemos la intención de hacer el bien y mejorar.

¿Qué podemos crear juntos? ¿Cómo podemos servir juntos a algo más grande que nos beneficie a todos?

Tenemos que esforzarnos en crear relaciones de aprendizaje en las que varias generaciones compartan sus experiencias, habilidades y prácticas laborales. Una gran brecha generacional significa que podremos ampliar nuestro punto de vista y ser más competentes. Utilicemos las fortalezas de cada generación y veamos la diversidad como un activo en lugar de un obstáculo. ¿Qué podemos hacer para alentar a los empleados de diferentes generaciones a compartir sus conocimientos?

Mentalidad de aprendizaje, el gran desafío

La principal solución al problema de la integración multigeneracional es la mentalidad de aprendizaje. Tanto los jóvenes como los mayores pueden generar una perspectiva de apertura, curiosidad y de crecimiento que les permita tomar todo lo que puedan del otro sin importar su apariencia. Tenemos que abrirnos a poder decir: aprendo de ti y te entrego lo que pueda servirte.

Decía mi abuelo que la juventud es una perspectiva de vida. La actitud de aprendizaje es la eterna batería de la evolución. No hay misterio, la conducta final que queremos generar en este conflicto es el respeto entre las generaciones. Independientemente de nuestra edad o experiencia, todo el mundo quiere respeto. Los equipos multigeneracionales exitosos se construyen sobre la fuerza de miembros individuales dispuestos a construir, respetar y cambiar las cosas.

Para lograrlo, es muy importante que primero dialoguemos sobre el propósito común, que comprendamos la dirección hacia la cual nos dirigimos y que hagamos acuerdos respecto a las nomenclaturas y las formas aun cuando no estemos de acuerdo con las opiniones de los demás. Cuando comprendemos que vamos navegando el mismo barco hacia el mismo lugar y que nos aquejan los mismos males, entonces será más sencillo que descubramos espacios comunes en donde los roles toman vida y se convierten en piezas estratégicas más allá de toda distinción de raza, edad, sexo o cualquier otra distinción. Somos un equipo que navega y quiere lograr bienestar para todos, ya tenemos suficiente con las dificultades del tempestuoso mar que estamos enfrentando.

A los jóvenes nos toca honrar el lugar que tienen los mayores, reconociendo el hecho de que tienen más tiempo no sólo en la empresa, sino en la vida y sólo por ello tienen muchas cosas que enseñarnos. Reconocer el orden es primordial para que las diferentes generaciones tengan éxito en la creación de equipos eficientes que generan resultados. Los mayores por otro lado pueden abrirse a entregar su experiencia y sabiduría a las generaciones siguientes para nos todos se beneficien de entender qué cosas funcionan, qué podríamos hacer mejor y en particular, que las nuevas generaciones conozcan y evolucionen los rituales culturales que unen a la organización.

Por azares del destino estamos juntos en el mismo viaje, si miramos el bienestar colectivo como base fundamental, podemos acordar ciertas bases de respeto que nos permitan entregar lo mejor de nosotros mismos e invitar a los demás a hacer lo propio. De cierta forma es una afirmación optimista, es decir:“Sí, hagamos nuestro mejor esfuerzo” más allá de todas las dificultades.

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